LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
LA DIGNIDAD; UN PASO CON JESÚS
La dignidad cristiana procede de la
participación en Cristo, si en el orden natural los entes poseen el ser por
participación del Ser subsistente, el hombre posee su dimensión sobrenatural y
su dignidad de hijo de Dios por su participación en Cristo. Todo ser humano
tiene dignidad y valor inherentes, solo por su condición básica de ser humano.
El valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos que usamos.
Las cosas tienen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos,
en cambio, tienen valor ilimitado puesto que, como sujetos dotados de identidad
y capaces de elegir, son únicos e irreemplazables. La dignidad queda así
definida, para todos los hombres por igual, en relación directa con Dios, con
independencia de toda otra condición: raza, nacionalidad, sexo, edad,
creencias, condición social. Esa dignidad dota al hombre de ciertos derechos
inalienables y de ella nacen las tareas de protección y respeto. En el presente
ensayo podemos evidenciar la dignidad desde el punto cristiano, los valores
fundamentales para llevar una dignidad tal y como Jesús quiere que tengamos,
basándonos en versículos tomados de la biblia para reforzar el mandamiento de
Jesús.
"Dignidad" y "derechos" configuran
una condición especial y única, propia de personas en las cuales se aúna la
condición de sujetos con la apertura a una verdad que las trasciende. La
Declaración supone la noción del hombre como ser responsable y sometido a
exigencias morales objetivas que se pueden codificar. Aún más, supone la
universalidad de una ley que ha de regir a muchos pueblos, de historias,
costumbres y culturas diferentes y que por lo tanto debe haber persistido a
través de evoluciones culturales divergentes. El hecho de que conserve una
vigencia universal, manteniéndose válida para todos, sugiere un fuerte grado de
inmutabilidad: los derechos humanos serían no sólo universales sino también
permanentes. En esta forma, los derechos propuestos configuran un conjunto de
bienes objetivos importantes para el hombre.
Ortega y Gasset pensaban que los valores éticos son
objetivos y universales. Y se puede afirmar que es cierto. La justicia es un
valor ético que debe ser aplicada con imparcialidad a cualquier persona. La
igualdad, la solidaridad, la compasión y la libertad son otros valores que
están entretejidos con la dignidad humana, sin ninguna duda. De lo que se trata
es de responder a los retos del presente tomando como uno de los puntos de
referencia a la dignidad.
La solidaridad cristiana debe traducirse en formas de
ayuda a los necesitados, a quienes están excluidos o en riesgo de exclusión, en
el deber de pagar impuestos justos o en otras formas de redistribución. La
consecución del bien común lo reclama. La paz cristiana es una fraternidad
abierta, de tipo gratuito, que no niega las formas de vida y las culturas
particulares. La caridad es la virtud reina, el mandamiento nuevo que nos dio
Cristo, por lo tanto, es la base de toda espiritualidad cristiana. Amor a Dios
se refiere a conectar la mente, el corazón y el alma para hacer todo aquello
que haga feliz a Dios, de allí que sea el primer y más importante mandamiento
para los cristianos, servir y amar al prójimo demostramos nuestro amor hacia
Dios al guardar sus mandamientos (véase Juan 14:15) y al amarnos los unos a los
otros (véase Juan 13:34).
Podemos concluir que más que como personas individuales, como seres
humanos, la dignidad humana debe llevarnos a desarrollar la capacidad de generar
un mundo nuevo, de empezar una vida y añadirle algo más a la realidad, la
dignidad está potenciando la felicidad humana, ya que hace posible una
existencia más intensa, satisfactoria y profunda y enriquece positivamente la
experiencia humana y la vida personal. La dignidad es un factor importante en
el desarrollo de nuestra personalidad, ya que esta es para todos los hombres
por igual, en relación directa con Dios, con independencia de toda otra
condición, todas las capacidades y habilidades nos han sido dadas a todos por
igual, en nosotros está explotar el potencial que tienen en nosotros y llevarlo
para la gloria de Dios, la dignidad es un tesoro especial que Dios ha puesto en
nosotros y no debemos perderla, sería perder un regalo muy preciado por alguien
muy especial. Seguir los pasos de Jesús mantendrá nuestra dignidad en alto, sin
tropiezos, cuando tenemos a Dios en el centro sabemos a donde vamos y que
camino no debemos tomar.
Bibliografía
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Se entiende de manera adecuada como las personas tenemos dignidad y es así como de igual forma se entiende que todos merecemos tratos igualitarios, es así como este ensayo refleja como deberíamos comportarnos unos con otros.
ResponderEliminarLa dignidad debe ir acompañando del repostero hacia los demás ya que eso nos enseña este artículo si queremos vivir en paz, armonía con las demás personas pues empecemos por respetar y aprender a vivir en comunidad
ResponderEliminarCreo que la dignidad es fundamental y con ello también los valores cristianos ya que como una comunidad nos hacer convivir en paz y hay una armonía respetándonos unos a los otros
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